LO QUE RECUERDO
Uno de los accesos a la vía creativa consiste en descubrir en sí mismo una corporeidad antigua a la cual uno está vinculado por una relación ancestral fuerte. Uno no se encuentra entonces ni en el personaje, ni en el no-personaje. A partir de este detalle uno puede descubrir en si un otro -al abuelo, la madre-. Una foto, el recuerdo de una arruga, el eco lejano de un color de la voz, permiten reconstruir una corporeidad.
Primero una corporeidad de cualquier conocido, y en seguida -cada ves más lejano-, la corporeidad de lo desconocido, de lo ancestral: ¿Ella es verificada o no?. Puede ser que ella no sea como es, sino como hubiera podido ser. Puedes llegar muy lejos hacia adentro, como si la memoria se revelara. Es un fenómeno de reminiscencia, como si uno se recordara del performer del ritual primario. Cada ves que descubro una cosa tengo la sensación de que es algo que recuerdo. Los descubrimientos están detrás de nosotros y tenemos que viajar hacia atrás para llegar a ellos. Con la penetración, como en el retorno de un exiliado -se puede tocar alguna cosa que no está muy ligada a los originales, más -si oso decirlo- ¿Al origen? Creo que si. ¿Está la esencia en el fondo de la memoria? no se nada de eso. Pero cuando trabajo en proximidad de la esencia, tengo la impresión de actualizar la memoria. Cuando la memoria está activada es como si muy fuertes potencialidades se activaran. La reminiscencia puede ser una de esas potencialidades.
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